Me decía, entonces, que le dio sueño
El frío la llevó a su cama
Le regaló un caluroso abrazo
La arropó, tal vez
Le hizo besar su rosario de vértebras de tiburón
Y apagó la luz de su cuarto
Y dígame señorita:
¿Al otro día era primavera?
lunes, 27 de julio de 2009
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chichet, no sea tan emo.
ResponderEliminarcultive la alegría de vivir como su primo lejano Ervazzo
igual lo que hace me gusta mucho
sepalo