Mantengámonos en el siniestro
Pero sólo en su duplica, fuera del descontrolado fuego
Optemos por su oscuridad antigua
De gente sin aire matinal ni luz lunar
De uniformes grises salpicados de café y espanto
Planificando feriados y velorios
Mantengámonos vivos porque en baldosas rotas seremos y levitaremos Montevideo tan jodida y resentida como el barro color de su río, costumbres de brisas portuarias
Tus murallas y caminos empapelados de boletos y listas de políticos embusteros
De afiches coloridos de eventos pasados
Invitaciones a la transformación parcial de su rumiante lucha contra sí misma
Ciudad alergénica, te espío desde mis ventanas
Desde mis terrenos sensitivos diseñados por tus mentiras
Hoy: sólo malas versiones de lo que quisiste ser
(Ómnibus aburridos y fatigados
Pronostico de la repetición tóxica, de tu música tosca y aparatosa)
Culpa de tu soberbia europea
y tu vergüenza criolla
Azote cotidiano del trabajo de nuestra herida
urbana, líquida y envasada
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